El mundo gira al revés

-El mundo es una mierda
-No, no es una mierda
-Sí, el mundo es una mierda.- Dijo de vuelta mirándolo desafiante.
 En el fondo ella tampoco creía que lo fuera, pero no estaba segura, era como si necesitara que alguien se lo confirmara. Quería llevar las ideas al límite para ver su esencia, ponerlas a prueba. Y de paso, claro, también ponerlo a prueba a él.
Él lo sabía, miro el vaso y tomó otro trago de una bebida tropical que ya ni sabía bien que era. La chica lo fulminaba con dos ojos azul oscuro que le daban una mezcla de gracia y apuro al mismo tiempo. Lo estaba midiendo para no creer en lo que decía creer.
Habían estado hablando de Gandhi y Lennon. De la genialidad de ambos, de los mensajes de paz y de cómo uno era amigo de Hitler y el otro le pegaba a la mujer. De lo falso que era todo, de las amistades que no son tal, del mundo que señala, las apariencias, los femicidios, la pobreza y su esclavitud, todos buenos argumentos para su reciente exclamación. En el camino ya se lo había dicho varias veces, "un acto no define a una persona", pero a ella no parecía convencerla, estaba enojada. La verdad que tenía motivos para estarlo y el también. Ya no tenía  muchos mas argumentos, pero estaba convencido. Había vivido toda su vida creyendo en algo mas y ese era justamente el punto, ella no buscaba argumentos, ella quería creer.
Se quedó contemplando la cara de la chica que simulaba una expresión de gravedad. Sus ojos brillaban y sus pecas reían. Un arito en la nariz le daba un toque de buscada rebeldía. El pelo castaño oscuro le caía por detrás de los hombros... estaba ahí. Estaban ahí y esa era la razón por la que esa noche el creía mas que nunca. Mas allá de lo mal que la habían pasado, de las noches rotas, de los sueños trizados, de todo lo que no entendían, mas allá de todo eso, hoy, esa noche era real. El no pudo mas que sonreír y mirarla fijo.
- No, no es una mierda.