Hay veces que si, hay que tratar de ser coherente. Hay que tratar de ganar seguridad. Seguridad en quién sos y por ende en lo que crees, en lo que haces, en lo que sabés que valés.
Hoy toca eso, terminar de dar el paso fuerte, se ha aprendido mucho y se va a seguir aprendiendo hasta el último día, pero una gran parte de ese trayecto esta hecho. Por lo menos lo suficiente como para tomar posición firme y decidir sobre eso afrontando las consecuencias. De otra forma no dejamos de navegar en algo difuso, un tanto tibio y moldeable por la misma convicción débil que te llevó a hacer las cosas. Hay que plantarse.
Ese plantarse también indica saber manejar tiempos y líneas. Aveces las líneas son difíciles de determinar y ahí se hace clave el ir un poco mas allá. Sentir. Hay cosas que no se piensan, se sienten, y eso también es parte de ser y saber interpretarse.
Habiendo dicho esto ahora hablo del destino. Existe. Y por mas que no en mi mundo si. Y eso es lo que importa. Las cosas no se fuerzan, se buscan, aveces ni siquiera se ven o saben que son, pero si el rol que cumplen en vos. El buscar hace que las cosas lleguen, y cuando llegan hay dos opciones, no era lo que buscabas y se va dejando algo, o efectivamente era y se queda con vos. Como dije, las buscas vos, pero ellas son las que se quedan. Es estirar la mano, ellas se colocan en tu palma, vos la cerras. Hay veces que pueden dar un poco mas de trabajo, quizás les guste volar un poco mas antes que cierres la mano y si no vuelven sencillamente no tenían que estar ahí. Lo importante es saber que quisiste cerrar la mano en el tiempo y forma que realmente crees, no desviarse de lo que crees y sos, otra vez.
Entonces hoy voy a dejar las cosas fluir, voy a esperar que vuelva a mi mano y voy a buscar, buscando te voy a invitar, voy a dejarme ser en esta situación basado en mí. Vos decidís.
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